Mafda...
Fluye húmeda “la niña” en mi alma.
Y de repente, el hada Mafda
cruje besos de azúcar...
y engalana rocíos al alba...
La llaman Pupilas Doradas.
La llaman Pepitas de Sol.
La llaman la Dama del Mar de Asión...
Ruge al infinito su espectral sonrisa,
sus ojos coloreados... su boca melosa.
Sopla etéreos suspiros y corona
desafíos en la mente de los mortales.
Una vez su pecho se convirtió en tiza
y en mi cuerpecillo –cual pizarra-, dibujó...
>¡ una flor!.
La llaman “La Dama”,
y un día yo la soñé
entre sábanas de franela... suspiré al hada Mafda.
Bebí su perfume almizclero
su labio afresado sorbió mi ser...
susurró besos bajo la almohada
y enterró su piel bajo mi piel.
Al despertar, una brisa de playa-
adornada de balsámicos olores-,
me acarició la cintura.
Era su marcha –me dije.
Y en la cama –mezclada en las sábanas-,
un abanico de fantásticos colores
>¡encontré...!
Abaniqué al aire, y un gemido partió la quietud...
La llaman la Dama...
Serie Fantasías en el Mar de ASión: “Amando al aire”
Fluye húmeda “la niña” en mi alma.
Y de repente, el hada Mafda
cruje besos de azúcar...
y engalana rocíos al alba...
La llaman Pupilas Doradas.
La llaman Pepitas de Sol.
La llaman la Dama del Mar de Asión...
Ruge al infinito su espectral sonrisa,
sus ojos coloreados... su boca melosa.
Sopla etéreos suspiros y corona
desafíos en la mente de los mortales.
Una vez su pecho se convirtió en tiza
y en mi cuerpecillo –cual pizarra-, dibujó...
>¡ una flor!.
La llaman “La Dama”,
y un día yo la soñé
entre sábanas de franela... suspiré al hada Mafda.
Bebí su perfume almizclero
su labio afresado sorbió mi ser...
susurró besos bajo la almohada
y enterró su piel bajo mi piel.
Al despertar, una brisa de playa-
adornada de balsámicos olores-,
me acarició la cintura.
Era su marcha –me dije.
Y en la cama –mezclada en las sábanas-,
un abanico de fantásticos colores
>¡encontré...!
Abaniqué al aire, y un gemido partió la quietud...
La llaman la Dama...
Serie Fantasías en el Mar de ASión: “Amando al aire”
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