CUERPO (IMAGEN): Me miro atentamente...ocupo el espacio reprimido de una idea,
de un suspiro intermedio, de un juego subconsciente, de un rincón en el
cajón...
Tú disfrutas torturando mi ánimo... Y mi cuerpo supone la exaltación
de un deseo, de un simple forcejeo que acabará aburriéndote...y me abandonas de
nuevo a la suerte de tu olvido...por un tiempo.
CUERPO EN ESPEJO: “Tu
inocente mirada tortura mi ser...”
CUERPO (IMAGEN): Aquel día me
arrojaste profundo, en tu mente y en su ecuánime estado... ¡Tierno púgil!: ¡Me
balanceaste en el gráfico de tu voluntad...!
A veces arranca ronroneante tu
sonrisa mientras toqueteas de mi cuerpo de sustancia orgánica un bracito o
piernecita... luego juegas con mi postura, reinventándome a tu
gusto...
ELLA: ¡Soltadme!
CUERPO EN ESPEJO: “Eres aquello que
nunca pude entender...pero te amé... ¿Te dije que te amé?”
CUERPO
(IMAGEN): ¿Por qué te perdí? Me dices, pero te ocultas de tu inconmensurable
delgadez, habilitas espacios reservados: “¡Sólo amigos!”; que descongestionan de
verdad tu alma asustada...Te ocultas de ti y de mí.
ELLA: ¡Humilláis mi
mundo!
CUERPO EN ESPEJO: “Te amé en mi espacio interno de “Plus minusve”,
en el que siempre encontré motivos para quererte, a mi modo, delegando
subrepticios a la razón, engañando su insana postura para que te quisiera y no
supiera lo que hiciste...”
CUERPO (IMAGEN): Soy ese muñequito verde y
marrón, de traje carmesí y escopeta cargada...Soy esa tráquea obturada, esa
asfixia lacerante, ese pálpito perdido...Yo te maté y tú me
mataste...
ELLA: ¿Quién soy?
CUERPO EN ESPEJO: “Me miro al espejo
y te veo...tan delgada y gorda, rumiando las desdichas de la forma...del consumo
maniqueísta que todo lo domina... ¡Fofa forma de existencia, subliminal destino
de ser...! Yo también te amé, antes de que me mataras...”
ELLA: ¿Quién es
esa del espejo, esa que me mira y me aniquila? Que me mira y me mira...y
aniquila...
*Somos las hordas de los esqueléticos consumos
humanos*
*Somos las infinitas maneras del Pudrir de la verdad con esas
mentiras provechosas*
*Somos los demonios venidos de la generación de los
ondas, ultras y super...”computers”*
*Ya estamos aquí*
*¡HACE
TIEMPO QUE LLEGAMOS!*
Sueños
Una noche soñé que
-postrado en la cama, en plena duermevela- el cuello se me doblaba en un ángulo
imposible, hacia arriba, y que el techo se combaba hacia mí, buscándome en una
danza siniestra...Entonces un quejido como de herrumbre y desesperación surgió
de una garganta que era la mía, pero que a la que no di permiso para que
actuara...y mis manos se abalanzaron hacia mi cuello, enloquecidas y
coléricas...y recuerdo que una parte de mi ser las animaba para que acabaran
con el paso de aire hacia los pulmones, y que yo era cada uno de los
dedos-verdugos que atenazaban mi propia tráquea...Pero de fondo, tras un telón
imaginario, yo mismo me agarraba desesperado a una cama de piedra negra, y
dejaba las uñas ensangrentadas y rotas en su miserable superficie, mientras
algo funesto tiraba de mí hacia un oscuro pasaje...tras el telón.
Siempre me había
apasionado el mundo de los sueños. Quizás es por eso que después de estudiar el
tema bajo el prisma de múltiples eruditos y eminencias en el tema; de llevar un
diario de sueños durante más de dos años; y de servir de cobaya en el
“Instituto del Sueño” de la Universidad Laboral, decidí llevar a cabo mis
propios experimentos...
Un día, Quique, el chico
de la biblioteca del centro, me trajo un libro llamado “La droga de Hércules”.
- Ten, Ricardo, creo que
te va a resultar muy interesante -me dijo con un deje de entusiasmo que no dejé
de apreciar, divertido. Quique era el tipo de persona que podía encontrarte
todo aquello que le pidieras, y que siempre tenía un primo o familiar que
conocía a fondo el tema que fuera...Unos días atrás habíamos conversado sobre
los sueños; y aunque no tardé en darme cuenta de que el chiquillo no tenía ni
idea de lo que hablaba, enseguida comprendí que él no solo no lo admitiría
jamás...sino que me había sido asignado un colaborador de forma totalmente
involuntaria, y por supuesto, sin opción de devolución por mi parte...
El libro resultó ser un
absoluto galimatías de un tal Hermand Missere, un hereje de Durango que en 1446
fue quemado como dice Avalle Arce, por
"adjurado e relapso una e dos e tres veces" (op.
cit., p. 115)...Sea como fuere, de “La droga de Hércules” tan solo pude
sacar en claro que Hermand Missere creyó haber descubierto el secreto de la
inmortalidad del alma humana, a través de un extraño sueño, que es el que
relata en las más de cincuenta páginas de que se compone el volumen.
-Muy poca gente conoce -le dije un día a Quique- que en pleno siglo XX
aún no se conoce cuál es exactamente la función del sueño, ni qué es exactamente
lo que indica a nuestro cuerpo que es necesario dormir...-Quique me miró con la
taza de cacao entre las manos, asintiendo enérgicamente con la cabeza. Pero
antes de que pudiera interrumpir continué -Y lo que es más: que cuando un
individuo es despertado en una fase REM, estos periodos tienden a recuperarse
en la primera ocasión que se presente...y sin embargo aún no se ha podido
comprobar la relación entre el descanso, los sueños y las funciones
psicológicas del ser humano...-terminé, sorbiendo mi café y observando
ensimismado la mancha de chocolate que se había ganado a pulso mi excelso
colaborador...
-Quizás sea verdad que son símbolos del subconsciente como decía el
señor Freud, ya sabes Ricky, lo de la sexualidad infantil, lo del Edipo ese y
eso...-soltó Quique, a la vez que se limpiaba la mancha y yo me echaba
mentalmente las manos a la cabeza...Y me llama Ricky, pensé con desasosiego...y
sin embargo, ya mis deseos tiraban poderosamente de mi mente por otros
derroteros...
Fue el 1 de Octubre de 1996 cuando comencé con la primera etapa del
experimento.
Quería demostrar que el sueño no solo era un periodo activo de la
consciencia, sino que a través de él surgía ante nosotros algo que poseía
carácter y personalidad propia... e incluso capacidad para comunicarse con el
ente que somos todos los seres humanos en el estado de la vigilia. La idea de
que una especie de "X-yo-X" surgiera en otro mundo, y se comunicara
con nosotros a través de simbolismos y caricaturas mediáticas en la fase REM
del sueño, me hacía sentirme enajenado y nervioso, como si hubiera perdido algo
importante y supiera exactamente dónde encontrarlo..."¿qué era lo que
todos estos años me había impedido alcanzarlo?" -me preguntaba una y otra
vez en la soledad, en la desolada llanura en que había convertido mi
existencia, tan alejado de aquellas personas que una vez habían importado algo
para mí...
Mi experiencia en el diario de sueños había revelado que lo más
importante cuando se trabaja con el mundo onírico es que éste desaparece -con
la llegada de la consciencia- a una velocidad de vértigo. Había que atraparlo
de inmediato en la consciencia, o se disipaba de manera ineludible. Así que
preparé papel, grabadora, despertador, pluma y el móvil...Estuve tres días
enteros como preludio, sin dormir y sin comer: con el agua, el té y la compañía
de Quique como únicos compañeros de viaje. Miento...también a Hermand lo
rescaté en alguna ocasión, si bien su relato tan solo me inspiraba desasosiego
e inquietud...Recuerdo un pasaje:
“Una áspid se le había abalanzado, sin duda para metérsele por la boca.
Pero él la había agarrado y empalado de golpe con su lanza de madera rubia...Y
entonces fue Hércules, de resuelto y dispuesto, a comer la carne del enemigo,
no sin antes arrancarle la bífida lengua y tragársela él mismo. Y habiéndolo
realizado tuvo una visión, pues soñó que él era la víbora y que se había
quedado sin lengua y por tanto sin capacidad de comunicarse, y sintióse mareado
y confundido. Y este era el primer camino de Hércules, como más tarde comprobó,
puesto que al comerla, tragó su veneno, que lo adormiló y lo acercó al primer
umbral: y lo abrió...”
(Cap uno: El primer
umbral de Hércules, página trece)
Friedrich Herbart decía
que las ideas podían existir como estados de realidad...
Al tercer día me acosté en mi cama. Eran las doce de la noche y en la
oscuridad de la calle estaba lloviendo. Puse el despertador y dejé todo
preparado en la mesita de noche, encima del cristal que la cubría. Durante toda
la noche y en intervalo de noventa minutos cada vez, dormía, me despertaba,
escribía lo poco que recordaba, y volvía a acostarme, hasta las diez y media de
la mañana. Fueron siete ciclos...
Este proceso lo repetí diez días.
Por la mañana me dirigía invariablemente a la biblioteca, donde
encerraba mi mente en docenas de escritos y volúmenes que encontraba Quique
para mí, o que yo mismo me “agenciaba“...
El 14 de Octubre me hallaba en un estado lamentable. Había perdido
cinco kilos y debajo de mis ojos se habían formado unas bolsas de un color grisáceo
y forma enfermiza...Sin embargo mi mente se mantenía clara, y mi humor tampoco
amenazaba temporales, como suele ser normal en casos de falta de sueño
prolongados. En definitiva, me sentía capaz de proseguir con mi experimento.
¡Ahora empezaba la caza!
La segunda fase la concebí como el último desafío a la razón, a la
esencia misma del concepto del sueño...Ya que un descanso interrumpido de forma
constante tan solo había repercutido en una acumulación de fatiga y poco más,
que estaba seguro que hubiera recuperado en tan solo una sesión de descanso
prolongado, ahora iba a ir más allá, en
busca de ese límite que dejara entrever dónde quedaba la posición de cada uno...
Me empecé a colocar electrodos y fajas en los brazos, vientre y
piernas. Enchufé la radio: en la emisora empezó a sonar una canción de
Evanescence. Era "taking over me", resoplé despacio, mientras notaba
cómo una cálida gota de sudor resbalaba despacio por mi sien... A continuación
Quique me puso una banda de tela, con sensores de movimiento, sobre los ojos...
Conectó éstos a un emisor de baja frecuencia y un temporizador airis, modelo
sinopsis 004...y de éste último -vía usb-, se conectaba todo al sistema del
ordenador central, un "monstruo" de metacrilato y cerámica, que
dejaba entrever maravillas en su interior metalizado, y que yo mismo había
ensamblado... allí era dónde quedaba reflejado la frecuencia cardiaca, tensión
arterial y los movimientos espasmódicos
que se produjeran durante el sueño...en la fase rem, cada 95 minutos más o
menos. Todo estaba listo.
Recordando...
Como les dije anteriormente, mi mayor anhelo en esta vida era descubrir
en qué consistía ese intervalo que media entre la consciencia y lo
invisible...Los sueños se habían convertido en una obsesión constante en mi día
a día...Conocí a un chico en la biblioteca, a Quique: un chaval con gafas de
montura roja, granos en la cara y una veintena de años descubriéndole la
inmadurez. Pero desde el primer día se pegó cual velcro a mí y a mi obsesión,
ayudándome en el proyecto que me había fijado y que es lo que andaba
contándoles: de cómo preparé el experimento, del entorno del mismo, de mis
expectativas...
Me acomodé en mi cama y le hice un gesto a mi juvenil ayudante.
- Buen viaje, Ricky! -dijo, y acto seguido escuché la música "new
age" que habíamos escogido, aquellas que provocaban una ligera sacudida en
las ondas cerebrales, desplazándolas en la dirección adecuada.
En principio Quique tenía que esperar a que estuviera dormido y que el
gráfico mostrara ondas alfa, antes de activar el generador onírico-afásico.
Éste consistía en un emisor de pequeños impulsos electromagnéticos que debían
provocar un bloqueo y desbloqueo ininterrumpido
de la actividad rem...Si funcionaba, yo pensaba que podría despertar
dentro del sueño mismo, y encontrar lo que fuera que allí me esperara...
El sueño...
"Pero de fondo, tras
un telón imaginario, yo mismo me agarraba desesperado a una cama de piedra
negra, y dejaba las uñas ensangrentadas y rotas en su miserable superficie,
mientras algo funesto tiraba de mí hacia un oscuro pasaje...tras el telón. Miré
hacia atrás. Mi atacante había desaparecido y allá, en la penumbra distinguí lo
que otrora pensaba era una cama, pero que consistía en un bloque de piedra
basáltica, de color gris oscuro. Pero algo no encajaba en aquel entorno. Ahora
que lo pensaba, todo aquello había comenzado una noche, soñando, y sin embargo,
yo continuaba allí, mirando aquel objeto inanimado donde aún podía ver el resto
de sangre y uñas rotas. Entonces, de repente, el mismo quejido de antes me
empezó a reventar las entrañas, me agarré el pecho con ambas manos y abrí la
boca, como si todo el vómito de la humanidad maloliente fuera a socavar cada
centímetro de mi boca, dientes, lengua...y se expandió con un grito que reventó
las paredes, el telón y el portal, y me encontré ante un panorama
indescriptible, una letanía de colores tan vívidos que no podían contener un solo
nombre...me sentí flotar en un espacio ajeno y que aunque inmensamente bello,
sabía estaba desgastando a una velocidad extraordinaria mi cordura. Y fue
entonces, cuando tuve ese último pensamiento, cuando me di cuenta DE VERDAD que
todo era un sueño, que yo era "yo soñando" y que todo era un
sueño...Y recordé el experimento, a Quique, y recordé también que este mismo
sueño ya lo había tenido en muchas ocasiones...Y todo eso lo pensé en el sueño,
en este sueño...Aquí, en este mundo incierto..."
Recordando...
Como les dije anteriormente, mi mayor anhelo en esta vida era descubrir
en qué consistía ese intervalo que media entre la consciencia y lo
invisible...Los sueños se habían convertido en una obsesión constante en mi día
a día...Conocí a un chico en la biblioteca, a Quique: un chaval con gafas de montura
roja, granos en la cara y una veintena de años descubriéndole la inmadurez.
Pero desde el primer día se pegó cual velcro a mí y a mi obsesión, ayudándome
en el proyecto que me había fijado y que es lo que andaba contándoles: de cómo
preparé el experimento, del entorno del mismo, de mis expectativas...
El viejo se tumbó, le saludé y empecé a preparar todo el chiringuito.
Joder, con tanto cable no sabía ni por dónde empezar. ¡Si por lo menos tuviera
un porro! A saber cuánto tiempo tendría que esperar, bueno de momento toda la
noche, eso fijo. Ostras sí que estaba
buena la vecina del Rick...El generador, osti, ese aparatejo tenía que estar
preparado para el gran momento. ¿Pero qué era ese otro cacharro? ¿No se llamaba
Regina? ¿Qué clase de nombre es Regina? Aunque con esas tetas qué coño importa
el nombre...Ah no, eso era para desviar la señal al ordenata...Joder si por lo
menos tuviera una chinita...
“Una vez Hércules hubo traspasado el primer umbral se encontró con una
luz deslumbrante, cegadora (..........)La
luz se le metió por los ojos y le enseñó maravillas de la humanidad, secretos
largo tiempo guardados le fueron mostrados, tesoros que el hombre común jamás
descubriría, le fueron ofrecidos
(........) Pero él se pasó las manos por los ojos y -viendo que no podía
detener tan cegadora luz- se los arrancó de cuajo y los guardó en el zurrón
(.......) Entonces pudo continuar su camino, y éste lo acercó al segundo
umbral: y lo abrió...
Cap cuarto: El segundo
umbral de Hércules. ("La Droga de Hércules" de Hermand Missere )
Cuando tomé plena consciencia de que me hallaba sumido en el más
profundo sueño y que sin embargo, estaba totalmente consciente, noté una
vibración que recorrió todo mi ser, hasta el tuétano…me miré las manos y eran
las mías, pero todo a mi alrededor se retorcía de una manera inverosímil. Fue
entonces cuando lo vi todo, la creación, el hombre, el nacimiento y devenir de
las sucesivas civilizaciones que han poblado la tierra durante miles de años…Viajé
a estrellas, surqué oscuros vacíos y presencié prodigios para los que no tengo
palabras…y finalmente me perdí y renací de nuevo, en mi mundo…
Así que cuando desperté, escribí. Simplemente, escribí…intentando
olvidar que había presenciado en un sueño mi propia muerte, leída en un libro
inexistente por una extraña persona que vivía en una realidad tan diferente a
la mía.
Hoy es 15 de abril de 1442 y en cuatro años, moriré devorado por las
llamas. Y perdida la esperanza en el futuro, escribir es lo único que me queda.
(“Visiones del futuro”, de Hermand Missere)
Algo bonito
Sebas iba con Gurro, su porcino amiguito, en busca del robledal de
Cián. En él trabajaría hasta bien entrada la noche, buscando setas. En
realidad, con la ayuda de Gurro, probaría suerte con las trufas. El
cielo anaranjado despedía laminitas como de cristal de colores, y al
chiquillo, aquel frío de mañana se le iba despegando con las luces
caldeadas del cielo...al cabo de algunos minutos, un astro iridiscente
los bañaba en auras de color.
Pasaron los “Colmillos de Duna-Antigua”, rodearon los pueblos de La
Ramerilla y Los Juncales, y en el camino de albero amarillento de
“Duques de San Diego” descansaron y bebieron del manantial de la
montaña de Orol...
Cantaron las Odas de las setas, levitaron los panes de los vientos y
los llevaron a sus bocas abiertas. Reanudaron el camino con ese disco
tan alto y rojo, el aire tembloroso del calor y los ojos apurados.
Cuando llegaron al robledal, ambos empezaron el “camino del olfateo”.
Sebas jugueteaba a imitar a Gurro, y éste, aunque le ignoraba cuanto
podía, en más de una ocasión le hurgó con su portentoso hocico en esos
morros sonrientes de muchacho.
Ese día encontró una trufa. Pero como no le dio tiempo a apartar a
Gurro, que la mordisqueó a consciencia, no le valió de mucho. Cuando
llegó a casa, su madre le regañó, pero su padre, enfermo en cama, le
susurró al oído la historia de un niño y su cerdo, que partieron en
busca de setas...
“Muy enfermo...”
Diez años después, en un camino amarillento, de albero viejo, un
muchachote curtido y con humilde vestimenta -un granjero sin duda-,
bebe agua formando cuenco con manos firmes, de una fuente de agua
cristalina y fresca. El líquido vierte entre ranuras humanas su firme
sustancia y cae a peso en el suelo reseco y ardiente.
Sebas observa ese cambio de coloración del suelo, esa mancha húmeda,
esa cohesión del polvo y la tierra con el agua de la vida...Lo mira
mientras un recuerdo asalta su mente:
Su padre, en el hospital, derrama su vaso de agua y se mancha las
sábanas; tienen un olor a humedad y podredumbre insoportables,
mezcladas con ese “túmulo medicamental” de hospital...Él se echa a
llorar, y su padre le da de besos en la frente. “Huele a esperanza,
hijo, no olfatees la miseria de este lugar” le dice con dulzura su
padre.
”Huele la trufa, mi niño, su aroma intenso y sutil a la vez.”
Lo intenta. Pero tan sólo huele a su padre enfermo de células locas y a cosas malas en el aire. Incluso lo blanco le recuerda a su madre con la lejía. A él le salen ronchas si un perdido vaho de aquella sustancia penetra sus fosas nasales. Su mundo se pierde en el hospital. Su padre se va...
”Huele la trufa, mi niño, su aroma intenso y sutil a la vez.”
Lo intenta. Pero tan sólo huele a su padre enfermo de células locas y a cosas malas en el aire. Incluso lo blanco le recuerda a su madre con la lejía. A él le salen ronchas si un perdido vaho de aquella sustancia penetra sus fosas nasales. Su mundo se pierde en el hospital. Su padre se va...
Deja de lado ese recuerdo, esa visión y sus ojos mentales enfocan su
conciencia a ese círculo mojado del suelo. Oye unas pisadas y se
vuelve, dejada de lado la ensoñación. Su cerdo Gurro, enorme y
lustroso, corre hacia su amigo con alegría porcina... Por detrás, con
el sol regando sus plateados cabellos, su padre le sonríe.
Hoy encontrarían trufas
Oda de las Setas (fragmento)
"Cumbres y montañas pesan a la tierra,
que benévola las apaña y cimbra en las raíces,
y del mismo suelo, hijas de la madre,
crecen y gritan a la lluvia, las setas,
y lombrices de cristal acarician sus testas
doradas de agua y azur..."
Mi amiga Virginia
La inspiración
Una mariposa cristal -de alas sin escamas y transparentes-, vuela hasta mi boca y allí deja un beso y una palabra: Virginia, dice...Tras ello desaparece en el horizonte y no puedo girarme... verla partir. Y es que tan sólo soy una flor que grita –solitaria- en la vasta estepa de la imaginación.
Preeliminares
Una gota de fuego cayó desde el cielo de mi paladar...aquel día. Me encontraba como de costumbre vomitando, en mi enfermedad, en mi cotidiana inmersión en una realidad que me estaba matando, carcomiendo lentamente...en un apartamento de veinte metros cuadrados, color alcohol y tabaco barato. Suspiré agarrando un pañuelo sanguinolento entre mis manos. Lo agarré con tanta fuerza que toda mi mano quedó impregnada de mis propios desechos. El final. Siempre había pensado que acabaría mi vida a corta edad, pero nunca sospeché que el alcohol pudriera mis riñones y que todas mis vísceras quisieran huir tan pronto de mi persona. No, ciertamente, nunca lo hubiera imaginado...
Encuentro
Uno de esos últimos días tropecé en la calle con un bulto. Solo que era un bulto con forma humana y unos cabellos rojos sobresalían desde una manta enrollada y vieja.
Musité disculpas y curioso me agaché, mas nada vieron mis ojos entre tanto tapijo. Me vino a la memoria el barbilampiño italiano que murió hace unas semanas en el barrio, ¿os acordáis? a ese viejo mendigo se le helaron las pelotas en mitad de una noche tremenda...
- Hola visitante, ¿no es hermosa esta mañana? ¿no surcan la pradera los corceles hollando la piel del Yamaliz? –susurró una voz. Era una voz que semejaba los trinos de algunos pájaros, extremadamente musical.-Dime, visitante, ¿eres amigo de los elfos? ¿conoces acaso a Riïn, Príncipe de los Enanos? ¿me llevarás a las estancias de Col´ar, amigo de semillas y brisas cálidas? –me interrogó...
-No, tan sólo soy un moribundo –le dije, consternado, frente a esa mujer que ahora veía frente a mí, con la manta apartada a un lado y una mirada tan perdida que hacía pensar en que era uno el que no sabía ni dónde estaba...
-Ay, cariño, moribundos somos todos...desde que nacemos, gracias a Dios...¿Sabes? me pareces como un soldadito de plomo, tan enjuto y tan juicioso, tan enfermo y desdichado...¿acaso no te gustó el mundo que se preparó para ti? Ven, vayamos a tomar un té, hay una posada más allá de aquella loma, y el sol despliega la alfombra para nosotros...¡Cuidado! no destruyas ese hormiguero...la Reina está muy contenta con la cosecha de este año y los duendes les han regalado néctar de maiz, ¿a que es maravilloso? ven, sígueme y hablaremos de cosas...
Crisis
Suelo soñar despierto en muchas ocasiones, y a veces, hasta me despierto dentro de un sueño y me siento multidimensional, con muchos “yos” cada uno haciendo y viviendo experiencias propias y personales. Pero otras veces me siento condensado, fibrilarmente compungido y aislado, solo y frágil, como una crisálida en el ojo de un volcán.
Una vez conocí a una amiga. Ahora os diré algo acerca de ella...
Virginia
Mi amiga Virginia tiene el pelo de melocotón maduro, sus ojos del color que hay tras una nube en el cielo septentrional, allá en las tierras de la magia y las dispensas. Su boca pía y causan olas los pálidos reflejos de sus cabellos, mientras se mira en la vasija de mar.
Cualquiera que pasara junto a ella tan solo vería una vieja sentada junto a un barreño relleno de agua. Olor a moras.
Mi amiga Virginia clava sus hermosos dedos anaranjados en un fruto del color de la miel, que desprende un olor dulzón, e inunda la estancia de recuerdos junto a gnomos, elfos, y seres con los que compartió una gran parte de su existencia. Eleva una tersa y joven mano, la suya, y de sus uñas lacadas en crema albina, surgen chispas de energía que danzan alrededor de un sonido como de crujir ramitas en una arboleda, una de esas que te impregnan de olor a pino verde...
Pero esas luces que surgen de las uñas de mi amiga estallan en la penumbra atechada de su habitación de blanco prístino, y una voz de mujer anciana pronuncia una palabra: “Rol´alson”
En la carretera que separa las provincias de “Cualquiera” y “Noimporta” en el país de “Todos”, mi amiga Virginia pasaba los últimos años de su vida en un manicomio, sumida en recuerdos imposibles. Gastada su forma física en postrado y obligado letargo.
Paso por el camino verde que separa dos fincas, a la vez que pienso en mi amiga. Las nubes están muy cerca hoy, y la hierba se mezcla con la tierra oscura y fangosa. El olor a agua me ahoga la nariz y escucho en la distancia el balido placentero de una oveja.
He decidido que iré al manicomio de nuevo, que intentaré rescatar de nuevo a mi amiga, empaparme en mi título de abogado y luchar por ella una vez más, aunque me vuelvan a destrozar las esperanzas. Empieza a llover. Corro a salpicones, con el chapoteo en mis sienes y mis mandíbulas apretadas. Una lágrima rueda y cae, pero entonces ya no existe más que un diluvio arrasando toda una vida no recordada.
En la habitación, una anciana. En algún momento debió haber poseído una melena rojiza impresionante, de la que ahora tan sólo unos mechones despeinados hablaban...Se mira constantemente en un barreño que el enfermero deposita en sus rodillas todas las mañanas, desde hace veinte años. En el interior del barreño, un soldadito de plomo se halla sumergido en el agua...
Sombras
En una mente errante, un suspiro no registrado rechinó. Y la locura creó de nuevo.
“Tengo una amiga preciosa llamada Virginia. La conocí en las praderas del Yamaliz, una hermosa mañana...”
En la mente del que quiere escribir, la locura –cual fiel compañera- no debe ser errante, sino permanente capa que impregne cada acto, cada espacio y cada lúcida forma opaca que se cree en nuestra consciencia. O al menos, eso es lo que me decía mi amiguita Virginia...¿Ya os hablé de ella?
¿Quién?
¿yo?
Yo tan solo soy el soldadito de plomo...
Publicado por
Miguel A.L.Morillo
en
10:38
Mafda...
Fluye húmeda “la niña” en mi alma.
Y de repente, el hada Mafda
cruje besos de azúcar...
y engalana rocíos al alba...
La llaman Pupilas Doradas.
La llaman Pepitas de Sol.
La llaman la Dama del Mar de Asión...
Ruge al infinito su espectral sonrisa,
sus ojos coloreados... su boca melosa.
Sopla etéreos suspiros y corona
desafíos en la mente de los mortales.
Una vez su pecho se convirtió en tiza
y en mi cuerpecillo –cual pizarra-, dibujó...
>¡ una flor!.
La llaman “La Dama”,
y un día yo la soñé
entre sábanas de franela... suspiré al hada Mafda.
Bebí su perfume almizclero
su labio afresado sorbió mi ser...
susurró besos bajo la almohada
y enterró su piel bajo mi piel.
Al despertar, una brisa de playa-
adornada de balsámicos olores-,
me acarició la cintura.
Era su marcha –me dije.
Y en la cama –mezclada en las sábanas-,
un abanico de fantásticos colores
>¡encontré...!
Abaniqué al aire, y un gemido partió la quietud...
La llaman la Dama...
Serie Fantasías en el Mar de ASión: “Amando al aire”
Fluye húmeda “la niña” en mi alma.
Y de repente, el hada Mafda
cruje besos de azúcar...
y engalana rocíos al alba...
La llaman Pupilas Doradas.
La llaman Pepitas de Sol.
La llaman la Dama del Mar de Asión...
Ruge al infinito su espectral sonrisa,
sus ojos coloreados... su boca melosa.
Sopla etéreos suspiros y corona
desafíos en la mente de los mortales.
Una vez su pecho se convirtió en tiza
y en mi cuerpecillo –cual pizarra-, dibujó...
>¡ una flor!.
La llaman “La Dama”,
y un día yo la soñé
entre sábanas de franela... suspiré al hada Mafda.
Bebí su perfume almizclero
su labio afresado sorbió mi ser...
susurró besos bajo la almohada
y enterró su piel bajo mi piel.
Al despertar, una brisa de playa-
adornada de balsámicos olores-,
me acarició la cintura.
Era su marcha –me dije.
Y en la cama –mezclada en las sábanas-,
un abanico de fantásticos colores
>¡encontré...!
Abaniqué al aire, y un gemido partió la quietud...
La llaman la Dama...
Serie Fantasías en el Mar de ASión: “Amando al aire”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Mi lista de blogs
-
-
ArconDreamsHace 13 años
-
Archivo del blog
Etiquetas
- Cuento corto (4)
- historia videojuegos (1)
- narrativa (5)
- Narrativa fantástica (2)
- poesía (1)
- texto corto (1)
Licencia
El
hada Mafda by Miguel
Ángel López Morillo
is licensed under a Creative
Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at hadamafda.blogspot.com.